Después de que la última carta levantase ampollas por doquier, sin anestesia ni antibióticos profilácticos para preparar el camino, quizás tengo que disculparme un poco.
He de decir Umpitas, que lo hice un poco por venganza. Porque llevabas una semana que no había quién te domase. A los cotillas que se dedican a meterse en correo ajeno, les faltó pedir para ti la pena de muerte sin opción a revisión de condena. Vamos, que creo que he conseguido que les caigas mal.
Yo no quería eso, Umpa. Sólo quería que te calmases un poco y si algún cotilla nos leía, que me comprendiese cuando digo que soy tutora legal de un ser que no es normal, que a veces me desespera y me oprime hasta el llanto.
Pero te lo has ganado. La próxima vez, te portas mejor...
Por lo demás, Umpitas, en la fábrica de hipocondríacos, nos han dicho que vale ya de cachondeo lerele. Que entramos en temporada navideña, y que es momento de que nuestros futuras mentes ultrahipocondríacas se vayan curtiendo. Así que nada, a leer documentos.
Conmigo esta vez no lo van a conseguir Umpitas... imagina que he robado el cristalino de una víctima de los hipocondríacos (=paciente) para ver si me motivo al verlo... (ya te pondré una foto cuando acabe esto..., no te lo puedo enseñar que seguro que me lo pierdes. O peor... te lo comes...)
Pero vamos al grano.
Hace dos días tuve que ir a ver al tipo que lleva con el título de hipondríaco ya unos años. Ya sabes que me tiene cariño, que no para de quitarme trozos de todas partes para quedárselos de recuerdo y a lo mejor clonarme un día de estos. Y de vez en cuando le da por decir que quiere verme, para ver si con su gran sabiduría hipocondríaca puede detectarme cientos de miles de cosas más.
En cualquier caso, tuve que dejarte a cargo del enanito de dos metros, porque tú solo, la puedes armar.
Cuando volví, me encontré con la siguiente imagen y el texto siguiente (verídicamente verídico):
Tengo a Umpitas secuestrado. Si Irene quiere volver a verlo con vida, deberá depositar
1.000.000 de € en billetes de 5, sin marcar y no correlativos en la papelera que
próximamente se le indicará. De no cumplir con esta exigencia, será entregado a una
familia de comunistas-nazis para que lo adoctrinen, llegando a tal punto
de histeria que sus células estallarán en mil pedazos... ¡Que estoy mu locooo!
¿Cómo te quedas, Umpitas?
Afortunadamente, y conociéndote, realmente no me resulta complicado saber que con toda
probabilidad tu secuestrador lo pasó peor que tú.
Lejos de obligarme a pagar el rescate, te devolvió gratuitamente y casi me paga para que
nunca jamás te acerques a él (a no ser que le haya entrado el síndrome de Estocolomo)
Y es que... sí, hay que estar mu locooo para secuestrar a un Umpa Lumpa al que se le va la cabeza...
Sin otro particular, me despido hasta la próxima, Umpitas. Pórtate bien ¿eh?
Dulces caricias