miércoles, 26 de diciembre de 2012

¡La Navidad y la publicidad!

Querido Umpa Lumpa,

De acuerdo. Una vez más, he tardado una eternidad en dar señales de vida. Pero vas a entender perfectamente las razones.

En primer lugar, es cierto que en la fábrica de hipocondríacos este año han decidido lucirse y no nos dejan demasiado tiempo para divagar sobre nuestra existencia como futuros hipocondríacos. Pero la razón principal no ha sido la fábrica.

En segundo lugar... y motivo principal... Ya te contaré. De algo te has tenido que dar cuenta, pero merece una carta aparte y no es plan de provocarte pesadillas en estas fechas tan señaladas.

Así que pasamos a anécdotas de serie B, que como las pelis, aunque sean de "menor calidad", pueden entretener más que una de las de 7 Óscars.

Galia en la actualidad, en uno de sus momentos de descanso...
En primer lugar, y como era de imaginar, estamos disfrutando de unos diíllas en la casita de la sierra. Después de renegar durante un año de nuestro "gran" amigo Renfe, volvimos a darles un voto de confianza y como sigan bajando los precios de billetes para Umpas y sigan dando polvorones igual repetimos. Y es que Umpitas, el mismísimo día en que me enteré de que tu billete costaba la mitad de lo de lo que nos cobraban antaño, se me saltaron las lágrimas de la emoción. Después de haberles puesto a parir durante tantísimo tiempo (con razón) no tuve más remedio que escribirles para darles las gracias.

Fuera de esto... en la casita de la sierra sigue todo más o menos igual:
La Malaúva sigue estando igual de malaúva.
Para Irene y Umpa Lumpa
Galita ha digievolucionado y ha pasado a ser Galota. Está gigantesca, como ya habrás apreciado. La señorona ya ha cumplido un año y además del desarrollo barriguil, se ha convertido en una felina simploníiiiiiiiisima. Ya no te hace tanto caso, porque necesita sus veintipico horas al día para dedicarlas a la vida contemplativa.
 Y tú... pues sigues con tu obsesión por la mininaturaleza. Lo único que consigues es que los cohabitantes de la casita de la sierra lleguen a odiarte más de lo habitual. Te debe parecer entretenidísimo eso de emitir pseudomaullidos (o pseudograznidos, según se preste) para salir-entrar-salir-entrar-salir-entrar-salir-entrar así hasta la saciedad a lo largo de la mañana/tarde/noche. (He de recordate que la casita de la sierra se llama así por su indudable proximidad con una cadena montañosa... Eso significa que ahora HACE FRÍO, Umpa.) Divertidísimo y emocionante, Umpitas.

Eso sí... Papá Noel no se ha olvidado de nosotros. Previamente me preguntó si te habías merecido regalo... Y Umpitas, la verdad es que lo tuyo no será por falta de méritos, así que no me quedó otra que decir que... adelente con el regalo:

Mmmm CHOCOLATE...
- Ideado espacialmente para mí... : una peazo de tableta de chocolate para desestresarme (entre la fábrica de hipocondríacos y tu actividad frenética, creo que no me va a durar demasiado)

- Para ti... unas maravillosas barritas multisabores. Ok, Umpitas, no son las famosas del mercadona, pero tienen mucha mejor pinta, así que no dudé en ningún momento de que te encantarían. 



En un intento de demostrar al mundo que valdrías para promocionar cualquier tipo de comida rica para felinos simplones, he grabado este vídeo para que veas lo increíblemente ansioso e insolidario que te vuelves cuando se te pone una barrita por delante (como algún cotilla de estos de negocios vea el vídeo, igual nos contrata y nos forramos en el mundo de la publicidad):




 Sin más, Umpa Lumpa, me despido por hoy. Sabiendo que te debo muchíiiiiiisimas cartas. Que te debo más de una explicación, pero que todo llegará.

Mientras tanto, te deseo a ti y a todos los cotillas que nos leen (en especial a M. , nuestro Papá Noel particupar) una muy ¡¡¡Feliz Navidad!!!

Ah... el regalito iba acompañado de una carta, así que me ahorro el final de esta carta: